Rescatar, Restaurar, Discipular y Enviar.

Una cosa necesita el mal para triunfar....
Que los buenos no hagan nada.....

Lagrimas de los Santos

sábado, 28 de agosto de 2010

La Traición, cuando te sientes besado por Judas.



Porque no me afrentó un enemigo, lo cual habría soportado; ni se alzó contra mí el que me aborrecía, porque me hubiera ocultado de él. Sal. 55:12.



Absalón, el hijo rebelde de David, avanzaba con sus ejércitos en dirección a Jerusalén. El rey amaba la ciudad y sabía que si se quedaba allí para enfrentar al enemigo, la ciudad de Jerusalén sería destruida. De modo que, guiado por el buen sentido, inició la retirada.
“David subió la cuesta de los Olivos; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todo el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían. Y dieron aviso a David, diciendo: Ahitofel está entre los que conspiraron con Absalón”. (2 Sam. 15:30,31)
Ahitofel había sido hasta entonces miembro prominente del consejo real de David. El rey confiaba en él y su tristeza aumentó al sentirse traicionado por un amigo.
Toda traición es dolorosa, y cuando el traidor es alguien en quien tú confías parece que el suelo tiembla bajo tus pies. No hay peores enemigos que aquellos que se fingen amigos. Porque ellos te conocen y saben cuáles son tus puntos frágiles.
Observa la tristeza del rey; “Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, mi guía y mi familiar; que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, y andábamos en amistad en la casa de Dios” (sal. 55:13,14).
Es asombroso saber que Ahitofel congregaba con David en la misma iglesia. También existen traidores en la iglesia, entre los que dicen ser cristianos. Asusta, pero es real. Hay personas que nunca permiten que el evangelio trabaje en su corazón, que viven un cristianismo teórico, de fachada, pero el corazón nunca fue convertido.
El fin de Ahitofel fue triste. Acabó traicionándose a sí mismo. Se suicidó. La amistad es algo tan sagrado que el mismo Señor Jesucristo dice que es nuestro Amigo. Pero el traidor, por conveniencia, por envidia, o simplemente por maldad, pisa la tierra sagrada de la amistad para corromperla con la traición.
Si tú fuiste herido por la actitud desleal de un “amigo”, pídele a Dios que te quite la amargura del corazón. Administra la traición con altruismo. Aprende a perdonar. Jesús aceptó que el traidor Judas participara de la última cena con él. No lo condenó. Dejó que la propia vida se encargase de cobrarle el precio de la traición.
Pastor Felipe.
“Los héroes no viven llorando por los rincones sus fracasos. Usan uno de ellos como plataforma de despegue para dar vuelta esa realidad y sus lágrimas como el combustible que les hará volar de nuevo”.
(El código de honor de los héroes de Dante Gebel)

martes, 10 de agosto de 2010

Envidia: el veneno del diablo


La envidia entra furtivamente sin anunciarse, se escabulle de forma inesperada.

...andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne...manifiestas son las obras de la carne, que son: ...envidias... – Gálatas 5:16-21, RV95

La envidia es una experiencia que todos hemos experimentado en algún momento de nuestra vida. De hecho, es muy común que la mayoría de personas piense que no es de gran importancia. Ya que la ven como una inofensiva emoción humana. Sin embargo, están muy equivocadas.
Por inocente que parezca en ocasiones, en realidad es el veneno personal del diablo; el cual fue diseñado para convertir el amor en odio, y además inmoviliza la fuerza de la fe en su vida.
Quizá usted diga: “Bien, todo eso suena terrible. Pero realmente no creo que envidie a nadie”.
Talvez sea cierto. No obstante, permítame alentarlo a escudriñar su corazón cuidadosamente para asegurarse; ya que muchas veces ni siquiera somos conscientes de que hay envidia en nosotros. El problema es que sintamos ciertas emociones en nuestro interior, pero no las identificamos como envidia porque asumimos que tales sentimientos son “naturales”.
Ésta entra furtivamente sin anunciarse, se escabulle de forma inesperada.
Por ejemplo, supongamos que llega a la iglesia, y ve a un hermano con un automóvil nuevo. De pronto, un pensamiento viene a su mente: “¿Por qué él tiene un auto nuevo? Ni siquiera lo necesita. Yo sí necesito uno”. Y usted se molestó porque él recibió un automóvil nuevo.
O imaginemos que vea a una hermana en un hermoso vestido nuevo. Y cuando se sienta a su par, se percata que al compararlo con el de ella, el suyo es más anticuado. De pronto, usted se siente fea y cohibida; y surge un resentimiento porque usted no tiene un vestido tan bonito como el de ella.
Es posible que conscientemente no piense más al respecto; sin embargo, luego se da cuenta de que se siente un poco irritada o deprimida. No puede explicarse por qué se siente así. Después de todo, comenzó bien su día. Pero ¿qué sucedió?.
La envidia se escabulló en su interior y lo envenenó con un sentimiento de rencor y disgusto, a causa del éxito o las ventajas de los demás. La envidia produjo un efecto sobre usted.
No obstante, preste atención. Si usted es un creyente nacido de nuevo, la envidia no forma parte de su naturaleza espiritual; sino que es un sentimiento que el diablo intentará depositar en su ser, por medio de la presión. Éste pone un anzuelo, esperando que muerda la carnada. ¡Pero no caiga en esta trampa! Morderla producirá odio en su vida, detendrá la fuerza de la fe, los planes de Dios para su vida y obstaculizará por completo su éxito. Así que preséntese ante Dios y deshágase de toda envidia. Tome la firme decisión de no dejarla entrar otra vez, pues es el veneno personal de diablo. Y ¡deje que él se la quede!
La envidia lo desconecta de la Fe
Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
– Santiago 3:16
¿Ha experimentado tiempos donde todo está a su favor, su fe funciona y produce resultados. Pero de repente descubre que algo extraño está creciendo en su interior? Es posible que comience a sentirse un poco irritado por el éxito de los demás, o talvez comience a desanimarse porque una circunstancia en su vida no ha cambiado.
¡Cuidado! Es probable que le haya dado lugar a la envidia o a la contienda. Satanás es consciente de que si detiene la obra de su fe, puede distorsionarlo todo. Pero el enemigo también sabe que no puede llegar precipitadamente frente a la puerta de su casa, y robar la fe de su corazón; entonces él se escabulle por la parte de atrás. Usa la envidia y la contienda para interrumpir el fluir del amor en su vida.
Cuando el fluir del amor es interrumpido, su fe también se detiene porque ésta obra por el amor (Gálatas 5:6).
Muchos cristianos no entienden este principio; por eso, luchan, pelean y se quejan unos con otros; y se preguntan todo el tiempo por qué su fe no produce resultados. Ellos no se dan cuenta que si desean vivir conforme al poder y a la bendición de Dios, no pueden permitir que la envidia o la contienda gobierne sus vidas. Punto.
De acuerdo con Santiago 3:16, la envidia y la contienda le abren al diablo una puerta en su vida.
¿Qué clase de “obras perversas” traerá el diablo a través de esa puerta abierta? Todo, desde la depresión hasta el asesinato. Sí, ¡asesinato! Por esa razón, la envidia es el primer acto registrado en Génesis 4. Caín asesinó a Abel porque sentía envidia.
Entonces ¿qué debe hacer?
¡Cierre la puerta! Resista con fuerza esas presiones carnales y las tentaciones del diablo. Enfrente la contienda como si estuviera enfrentando una serpiente de cascabel, o cualquier otro invasor mortal. ¡Rechácelo!
Si se ha percatado de alguna persona a su alrededor que es más exitosa que usted, no sea tan ingenuo como para caer en la trampa que la envidia le ha tendido. ¡Tome ventaja sobre el diablo! ¡Cámbiele el juego! Empiece a alabar a Dios por el éxito de esa persona, y haga lo que pueda para ayudarla a ser aún más exitosa.
En otras palabras, cualquiera que sea su situación, comience a obrar en amor y rinda el egoísmo. Si actúa de ese modo, mantendrá la puerta abierta para recibir las bendiciones de Dios y ¡evitará que el diablo desconecte su fe!

miércoles, 4 de agosto de 2010

EL POLOLEO CRISTIANO

Más bien, el tema podría ser: El pololeo a la luz de la Biblia, y con un énfasis especial en la pregunta específica: ¿Debo esperar que Dios me mande mi pareja, o debo buscarla yo mismo?

Al plantear esta doble pregunta, surgen otras más. Veamos por lo menos 2 básicas:


  • Si Dios me la va a mandar, ¿Cómo sabré quién es la persona enviada? En la Biblia, y en la experiencia de algunas personas, se ha demostrado que el hecho de depender 100% de Dios para recibir la pareja ES LA EXCEPCIÓN Y NO LA REGLA . Casos excepcionales, como el de Rebeca para Isaac.
  • Si es que somos nosotros los que debemos escoger, ¿Hay alguna manera de estar seguros de no equivocarnos? Esto sucedía también en algunos casos en los tiempos Bíblicos. Jacob escogió a su esposa, entre otros casos.

Pero EN VERDAD NOS SORPRENDERÍAMOS al saber cuál era la regla en los tiempos bíblicos: Con mucha frecuencia los padres escogían la pareja de su hijo, y el compromiso se hacía ENTRE LOS PADRES, y no con los jóvenes. Según los estudiosos de la Biblia, la edad normal de casamiento eran los 14 años para los varones, y los 12 años para las mujeres. Lea, por ejemplo, 1 Co. 7:36, lo cual muestra la autoridad del padre para el casamiento de las hijas, principalmente.

Así que, desde esta perspectiva, surge un verdadero problema: ¿Es bíblico el noviazgo? La respuesta correcta es NO. No hay en la Biblia indicios de relaciones románticas entre jóvenes, FUERA DEL CONTEXTO DEL MATRIMONIO.

¿Qué significa esto? Significa que la Biblia sólo habla del romanticismo y el amor de pareja (nunca llamado EROS) en matrimonios. No existió el noviazgo, como lo conocemos.

Entonces, ¿Qué debemos aceptar? ESTA ES MI PROPUESTA.

La Biblia no da "reglas" a seguir, ni aconseja tal cosa como "espera a tu pareja". Más bien, esto es un indicio de lo siguiente:

  1. El pololeo, como tal, debe ser considerado como algo serio, y como la antesala del matrimonio.
  2. Aunque no hay "reglas", sí hay principios que nos orientan en cuanto a relaciones sentimentales se trata.
    1. Dios nos creó con la capacidad de amar y ser amados. Esa capacidad empieza a despertar en la adolescencia. Gn 1:27 dice que somos creados a imagen y semejanza de Dios.
    2. Una de las bendiciones de la creación es la libertad de decisión. En Cristo, esa capacidad se refuerza. Dios espera que la usemos con responsabilidad. Gál. 5:13.
    3. El escogimiento de la esposa para Isaac nos da el principio de la dependencia y la búsqueda de la voluntad de Dios. Gén. 24:12
    4. Otro principio importante, derivado del mismo pasaje, es el hecho de la afinidad de la pareja, que bien puede interpretarse como ser de la misma fe (vs.1-4). Este principio parece estar reforzado por la enseñanza paulina de "no unirse en yugo desigual con los incrédulos", según 2 Co. 6:14ss, aunque este texto no habla precisamente de las relaciones sentimentales, sino de Santidad vs. contaminación espiritual.

- Hay algunos casos registrados en la Biblia donde no se cumple este principio de la afinidad espiritual (ser de la misma familia de la fe), y parece ser que Dios estuvo de acuerdo. c.p.e. José, hijo de Jacob, quién se unió con una egipcia, hija del sacerdote de On, dios pagano. Pero… ¿quién era José? Un hombre consagrado 100% a Dios y comprometido con su fe.

- No obstante esta libertad, el riesgo es muy grande. El peligro que se corría era que las parejas que no eran de la misma fe podían desviar el corazón de los hijos de Dios (Jezabel y Acab, por ejemplo, o las esposas paganas de Salomón; cf. 1 Ry. 16:29ss; 1 Ry. 11: 1-10; Deut. 7:3-4.

    1. El hecho de que el siervo de Abraham buscó una señal no indica que así tenga que ser siempre. La confirmación de Dios puede darse por medio de una señal específica, pero no necesariamente. En la Biblia existe apoyo para ambos casos. Repetimos: Esta es la excepción de la regla. El contexto nos arroja luz, al saber que Abraham habitaba entre pueblos paganos, y la nación de Israel aún no había sido formada.
  1. Lo más acercado a la Biblia es, pues, que, bajo la dirección del Señor, la aplicación de los principios arriba mencionados, y una actitud de compromiso, tengo libertad cristiana para escoger a mi pareja, con la cual me casaré.

PREGUNTAS

:

¿Cuál es la edad ideal para tener relaciones sentimentales?

¿Es malo tener 2 o 3 novias al mismo tiempo? Después de todo, no estoy casado aún.

¿Debo tener novios (as) solamente de la Iglesia?

¿Cuánto tiempo debe durar la relación de noviazgo antes de casarse?

¿Son malas las relaciones sexuales antes del matrimonio? Digo, por aquello de comprobar si somos "compatibles".

¿Qué hay sobre las caricias en el noviazgo?

CONCLUSIONES

:

  • El pololeo debe ser visto como AMISTAD. La amistad debe ser la base de todo noviazgo, así como también de todo matrimonio.
  • No seré legalista al decir que no se valen besitos románticos, o caricias sanas, pero es más placentero si ves a tu chica (o) como tu mejor amiga (o) y su tiempo es invertido a conocerse en alma y espíritu (el cuerpo debe esperar), a través de la comunión.
  • Un pololeo cristiano no es lo mismo que un pololeo de iglesia. En el primero, además de respeto total, y de amor desinteresado, existen elementos como la edificación, la ministración, la oración mutua, el servicio, etc. Ambos son capaces de buscar tiempo para ellos, SIN SACRIFICAR EL TIEMPO DE DIOS Y DE SU OBRA.

En cambio, en el segundo, el templo sólo es usado para sus fines personales. El templo es sólo un lugar más de sus citas. No hay edificación mutua, ni servicio. No participan de la comunión con el Cuerpo de Cristo por irse al cine, o alguna otra diversión. En este tipo de noviazgo, hay muchas, muchas probabilidades de embarazos prematuros (fornicación, pues).

UNAS PALABRAS FINALES.

El ideal a buscar es el de las relaciones sentimentales de amistad. Una buena amistad asegura un buen noviazgo. Un buen noviazgo asegura un buen matrimonio, el cual es fundamento para una buena familia, y ésta, de una sociedad mejor.

No estés a solas con tu pololo (a). El diablo es puerco. No sólo huye de la tentación, sino que NO LAS BUSQUES. Prov. 6:27-28.

Mc Dowell, Van Pelt, y otros aconsejan las sig actividades para las amistades sentimentales, para no dar pie a tentaciones innecesarias:

  • Paseos por la naturaleza
  • Hacer ejercicio
  • Tomar lecciones de algún deporte
  • Juegos de ping pong
  • Leer un libro juntos
  • Visitar algún museo, o lugar histórico
  • Cocinar juntos para la familia
  • Salir a pasear con los padres
  • tomar fotografías
  • Visitar a un amigo o un enfermo

El propósito de esta etapa (comúnmente conocida como pololeo) es el conocimiento mutuo. El verdadero amor lleva al compromiso, y éste al matrimonio. No menos. Jacob se enamoró de Raquel, y fue suficiente para comprometerse y lograr su amor. (Gn. 29:1ss). Cualquier otra cosa puede ser pasatiempo, aventura, o una conquista más. ¿Qué quieres ser tú?

Alguien dijo que el tiempo para conocer bien a alguien son 2 años. En ese tiempo se conoce el alma y el espíritu de la persona. Sólo faltaría el cuerpo. Y esto es para el matrimonio.

Para las chicas: Por la cultura, ustedes tiene la última palabra. Normalmente somos los hombres quienes enamoramos a las chicas y les pedimos que sean nuestra pareja, pero esto sólo se concreta si ustedes nos dan el "sí". Este es mi consejo: NO TE CONFORMES CON CUALQUIERA. Piensa en grande. No te hablo de tu "príncipe azul", sino de un chico consagrado, respetuoso y que te ame desinteresadamente. ¿Qué quieres para ti y los tuyos en el futuro? Eso depende de tus decisiones y acciones presentes.

Rev. Pastor Felipe Osses